Casa Palanca, la iniciativa que busca un espacio seguro para las periodistas independientes en Cuba
Publicado originalmente en Distintas Latitudes
Ideado por más de una veintena de mujeres activistas y periodistas dentro y fuera de Cuba, el proyecto #CasaPalanca ha iniciado una campaña de crowdfunding para crear el primer lugar seguro de trabajo, refugio y ocio para mujeres cubanas periodistas independientes que así lo necesiten.
Por: María Lucía Expósito
Desde hace una semana se viene moviendo en redes sociales y medios independientes cubanos el proyecto #CasaPalanca, una campaña de crowdfunding que busca crear el primer lugar seguro de trabajo, refugio y ocio en Cuba para mujeres periodistas independientes que así lo necesiten.
Ideado por más de una veintena de mujeres activistas y periodistas dentro y fuera del país, Casa Palanca parte de un hecho incuestionable: las periodistas cubanas independientes son objeto de acoso por parte de un Estado que criminaliza el ejercicio independiente de la prensa.
En efecto: las mujeres que se dedican a este tipo de profesión se enfrentan regularmente a la persecución estatal, la criminalización y estigmatización del periodismo independiente, la violencia psicológica, amenazas, campañas y mensajes de desprestigio, bloqueos de información y ocupación de equipos y materiales de trabajo. Además, algunas han sido obligadas a desnudarse ante oficiales hombres como parte de los protocolos de interrogatorio en estaciones de policía.
Cartel de Casa Palanca
Y no son hechos aislados. Solo entre 2020 y 2021, la oficina de Artículo 19 para México y Centroamérica documentó al menos 373 casos de agresión contra periodistas independientes cubanas, siendo el arresto domiciliario y las detenciones arbitrarias dos de sus formas más comunes.
Lo anterior se suma al resto de dificultades cotidianas que implican ser mujer en una sociedad heteropatriarcal como la cubana, donde la desprotección institucional ante cualquier tipo de violencia machista sigue siendo una de las grandes deudas del Estado.
Prueba de ello es que hasta el momento no existen refugios ni procesos de acompañamiento adecuados para atender casos de violencia de género, algo sobre lo que grupos independientes como Yo sí te creo en Cuba, primera plataforma de apoyo y acompañamiento a mujeres en situación de violencia machista, vienen alertando desde hace tiempo.
Por otra parte, no fue hasta 2019 que el Estado reconoció oficialmente -aunque de manera vaga- la existencia de feminicidios en el país, algunos de cuyos casos sólo alcanzamos a conocer gracias al trabajo de Yo Sí Te Creo en Cuba y la revista independiente Alas Tensas. En 2020, además, el Parlamento desestimó la inclusión de un proyecto de Ley Integral contra la Violencia de Género en su programa legislativo.
Una Palanca y moveremos el mundo
Cartel de Casa Palanca
Para empezar a darle un vuelco a esta situación, el gremio de Casa Palanca asegura que su interés no se limita a visibilizar la situación de las periodistas independientes cubanas. Por eso han decidido ir más allá e iniciar una campaña de crowdfunding en Verkami. El objetivo es reunir 25 mil dólares para comprar y fundar un espacio en La Habana donde estas puedan reunirse, trabajar, cuidarse, crecer y acoger a otras mujeres que lo necesiten, incluyendo a sus hijxs.
“Somos periodistas, pero en nuestro espacio cabrán todas las mujeres vinculadas de algún modo al oficio (comunicadoras, influencers, artistas, escritoras, diseñadoras, ilustradoras, fotorreporteras, editoras) que quieran compartir esta aventura con nosotras”, dice
Marta María se pronuncia desde el “yo” y pide justicia en nombre de todas aquellas madres periodistas que a lo largo de los años han sido y siguen siendo cuestionadas y amenazadas por su profesión. Como ella. “He sido vigilada, desacreditada y denigrada por el poder en Cuba, que solo legitima el ejercicio periodístico hecho desde los medios oficiales”, cuenta. “En uno de los encuentros con la Seguridad del Estado (la policía política cubana) quedó el mensaje patriarcal que va de lastre en las instituciones del poder. ‘Ocúpate de criar a tu hija’, me dijeron antes de terminar la cita”.

Además de periodista, comunicadora y feminista autónoma, Marta María Ramírez es una de las impulsoras de Casa Palanca. Foto: María Lucía Expósito
Casa Palanca también pretende brindar refugio a mujeres trans, una comunidad invisibilizada y marginada en Cuba que también merece protección inmediata. “Queremos un universo que no sea excluyente”, refiere Marta María. “En la medida que habitemos el sitio iremos viendo qué hacer y cómo conducirlo. Pero nuestra brújula apunta a las feminidades en su totalidad, pues no todas militamos en el feminismo”.
En la diáspora, mujeres que en su momento fueron detenidas, maltratadas y empujadas al exilio, legitiman la necesidad de una sede para proteger a quienes continúan su trabajo desde Cuba. Desde España, la activista, comunicadora y productora de arte Yanelys Núñez rememora su experiencia como víctima del asedio estatal y las vulnerabilidades jurídicas en Cuba:
“El gobierno criminaliza el periodismo independiente con la aplicación de decretos como el 370 o la Ley 88, conocida como Ley mordaza”, dice. “A eso se une el estigma social de ser tachada como disidente. La idea que propone Palanca sería una respuesta directa a esa agresión estatal. Aunque sabemos que no hay territorio seguro, un espacio como este ofrecería acompañamiento y cuidados mutuos, algo con lo que el gobierno cubano no sabe lidiar”.
La campaña de Casa Palanca en Verkami se mantendrá abierta en principio hasta el próximo 18 de febrero. Mientras tanto, las redes se han llenado de sororidad. Aliadxs del proyecto han empezado a compartir sus llamados con el objetivo de que llegue a más personas. Al final de cada jornada, la artista gráfica independiente Mary Esther Lemus, quien también ha sufrido censura y acoso en Cuba, hace un calendario de donaciones en agradecimiento a aquellxs mecenas que han empezado a hacer realidad un sueño de tantas.